Esta es la historia de James Trevor Oliver, al que, con el tiempo, conoceríamos como Jamie Oliver. Un niño que creció en la cocina del pub familiar, en un pueblito tranquilo de Inglaterra, mal estudiante, pero con las ideas muy claras: quería ser cocinero. Posiblemente, en su adolescencia no se le pasaría por la cabeza que a los 23 años se convertiría en el chef más popular y mediático no solo de su país sino de gran parte del mundo.
Todo comenzó cuando la BBC le propuso presentar un programa de cocina llamado The Naked Chef. El éxito fue abrumador. De aquel programa se seleccionaron varias recetas para dar forma a su primer libro que en España nos llegó traducido por RBA como La de Jamie Oliver. Recetas frescas de un joven chef. En pocos meses, el libro se colaba en las listas de los más vendidos. A partir de ahí, un carrerón profesional con más de 40 millones de libros vendidos en todo el mundo y más de 60 millones fieles seguidores de sus programas televisivos. ¿Quién supera esto? Le hemos visto crecer y pasar de ser el chiquillo de melena lacia al padre de familia. De un chef con dotes para la comunicación a una marca personal que abarca desde restaurantes, pizzerías, utensilios de cocina, libros, programas de entretenimiento para las principales cadenas, plataformas o redes sociales. Hemos sabido de sus éxitos y de sus fracasos. Hemos aplaudido sus acciones solidarias (fue pionero en crear una cadena de restaurantes cuyo personal formaban parte de un proyecto de inserción social). Con todo ello y, a grandes rasgos, Jamie Oliver ha sido todo un fenómeno.
Centrándonos en el tema editorial. Desde hace años, la fiebre por Jamie Oliver se ha bajado. Sus libros permanecen en las librerías especializadas, pero ya no cuentan con tantos seguidores como antaño. Ha pasado de ser un superventas, a un olvidado ¿Qué ocurrió? Quién sabe. Cierto es que, en España, la espada de Damocles le llegó cuando en uno de sus programas se le ocurrió poner chorizo a la paella. Entonces comenzó una persecución que vivió a medio camino entre angustia y fascinación porque, sin quererlo, había creado un gran debate, donde todos, sin distinción, opinábamos, discutíamos, poníamos a prueba nuestro nivel de conocimiento culinario: ¿una paella lleva chorizo? Sin volver a abrir esta herida, y reconociendo que sus libros, a pesar de todo, siguen teniendo su hueco en las estanterías de las librerías, Oliver es y será siempre un pionero, un creador de tendencias, un visionario del mundo culinario.
Repasemos: Las fotografías en sus libros han sido el motor de cambio en el mundo editorial, anclado en ediciones de bodegones impolutos. Apostó por la verdad con imágenes desordenadas, descuidos de tomate o harina y cubiertos manchados. Y aquella imperfección era el mejor reflejo de una realidad durante el acto de cocinar y comer. Eso mismo mostraba en la televisión cuando metía sus manos en los boles de masa y seguía cocinando de manera natural, sin importarle ensuciar la encimera. La normalidad se convirtió en la nueva manera de transmitir la cocina.
También fue pionero en esa idea de cocinar con pocos ingredientes o con poco tiempo, de utilizar solo un recipiente para manchar lo mínimo en la cocina o de proclamarse defensor de la cocina aplicando solo siete ideas infalibles. A esto le unimos su vinculación con lo que ocurría a su alrededor. Por eso, cuando Oliver sacó VEG (Editorial Grijalbo) convenció con un “tienes entre las manos un espléndido libro para cocinar solo a base de vegetales, escrito por mí, un amante de la carne que no renunciará al sabor”, —escribía en la introducción de dicho libro—. La respuesta: más de un millón de ejemplares en todo el mundo y el libro más vendido en Inglaterra y Australia.
Que Jamie Oliver es y ha sido un fenómeno, no tiene discusión. Por eso, en este momento de la búsqueda de raíces y de defensa de la territorialidad, la publicación de 5 Ingredientes Mediterráneos. Cocina fácil, comida deliciosa (Ed. Grijalbo) llega como una de las mejores opciones para quienes buscan autenticidad e ideas brillantes para hacer en casa. El libro vuelve a su idea primogénita de la sencillez, los platos ricos, basados en el ingrediente y con emplatados sin complicaciones. Más de 100 recetas que recorren toda la cuenca mediterránea al puro estilo Oliver: de manera desenfadada, sencilla y sin dobleces. El estilo es igual que sus anteriores libros como 5 Ingredientes. Platos fáciles y rápidos o Uno. Un recipiente. Recetas Fáciles (ambos también de Grijalbo): en la portada, una foto de plato cenital (a diferencia del resto de sus publicaciones donde sale él solo o en familia), cada receta con su tabla calórica, sus fotos de ingredientes y sus platos, en este caso, fotografiados armónicos y perfectos. Todo apunta que nos queda mucho Jamie Oliver todavía por leer y ver. Sobre todo esto último, pues en Canal Cocina (bajo demanda en AMC SELEKT) se pueden ver actualmente dos programas suyos estrenados en noviembre: uno es Jamie Oliver en el Mediterráneo, en el que el cocinero recorre varios países, entre los que se encuentra España, y Jaime Oliver: Recetas para ahorrar, en el que elabora platos económicos para toda la familia.
Puedes seguir a EL PAÍS Gastro en Instagram y X.